En los últimos tiempos, se está extendiendo una corriente que empezó en Estados Unidos. En base a estudios psico-sociológicos y la percepción de algún directivo de una importante multinacional, que le llevó a comprobar que en sus oficinas reinaba un aire de tensión, stress, ansiedad, … sí, cumpliendo tareas y objetivos pero digamos que reinando el “mal rollo”.
En una ocasión, con motivo de una invitación, visitó una ONG en compañía de otros directivos y personalidades… ¡Se quedó sin palabras!, veía personas trabajando, cumpliendo sus tareas y objetivos. Pero… el ambiente, no era como el de su empresa, comprobaba que la gente con la que se cruzaba le saludaban con una sonrisa (y lo que más le llamó la atención, no le conocían, ni eran miembros de su “círculo de pelotas” o empleados obligados a sonreirle por ser el jefe), veía a gente sonriendo mientras trabajaba, en las relaciones entre compañeros, con sus clientes, en definitiva un ¡ambiente optimista!.
¿Y por qué no tengo yo ésto en mi empresa?. Debió pensar, ¿qué hacer para cambiarlo?. Lo primero cambiar yo y ser el cabeza del optimismo de mi empresa,”que es ésto de estar todo el día estresado, cabreado, mala leche en el trabajo, el 80% de los días del año viajando, la misma actitud al llegar a casa, no tengo tiempo para los amigos…” . Después, implantar un modelo de ¡gestión de personas por optimismo!.
Pero, por el principio ¿qué es el optimismo?
Según el Diccionario de la Real Academia:
(De óptimo) Propensión a ver y
juzgar las cosas en su aspecto más favorable
Y por si a alguien le quedan o tiene dudas sobre que es un optimista y un pesimista:
(fuente: akifrases.com)
Sigamos con nuestro directivo, que se vió favorecido al implementar este nuevo modelo de gestión de personas, dado el alto número de personas en situación de desempleo. Situación que le permitía elegir en los procesos de selección a los que más se adaptaban a los puestos vacantes y de entre éstos, a los optimistas.
El optimismo podrá recibir distintas denominaciones en el ámbito de la selección: una competencia nueva, una cualidad, se le puede llamar X, pero la están demandando las empresas.
Un alto directivo de la NASA respondía en una reunión de directivos, cuando le preguntaban que por qué implementar este modelo de selección de personas: “¿imaginas lo que sería viajar a la Marte con un pesimista al lado?”.
Conclusión:
¡si no eres optimista,
ya puedes empezar a cultivar el optimismo!
Ten en cuenta que el optimismo, no es algo que puedas plantearte como un voy a la entrevista, ¡entro sonriendo y ya está!. Tampoco pienses que vas a llegar a una entrevista y con decirle al entrevistador “buenos días, ¡soy optimista!” ya está. ¿Qué puede pasar?, que te haga una rueda de preguntas o un psicotécnico específico y te diga : “¡sí tu eres optimista, yo marqué el gol que nos dió el Mundial”.
No, el optimismo no es eso, el optimismo es algo que hay que cultivar en el día a día. Desde que suena el despertador, prueba a levantarte con música animada (aconsejaba Pilar Jerico en una de sus ponencias), o con esa canción que te hace sonreir por el motivo que sea, llámalo X, ten en cuenta, que si te levantas escuchando las noticias… pues con la que cae hoy en día te darán ganas de meterte en la cama y no salir de debajo de las sábanas en todo el día (desecha esta opción). ¡Haz deporte, sí deporte!, ¿sabes que hacer ejercicio influye en el estado de ánimo?, ¡sigo sin convencerte!, sabes que muchas empresas americanas están contratando gente que practique deporte de forma habitual, lo relacionan tanto a productividad, como a su estado de ánimo.
Y si añado que Pablo Motos, ¡sí el de El Hormiguero!, siempre comenta como le cambio su forma de afrontar la vida hacer deporte, a que le ves en la tv y siempre transmite optimismo/”buen rollo”. Ya sabes ¡toma nota!.
También aconsejan los expertos, rodearse de gente optimista, sí esa gente con la que pasarías horas, que simplemente con verlos te transmiten algo positivo, deja a un lado las personas negativas o de los que algunos expertos en psicología que afirman que estas personas te roban energía, por otro lado hay gente que afirma que si te rodeas de pesimistas, serás pesimista, si te rodeas de gafes…., serás gafe… pudiendo elegir, ¿por qué no rodearte de optimistas?.
Busca información en internet, ¡cultiva tu optimismo!, hay muchos libros, webs, blogs de autoayuda y motivación, el optimismo requiere motivación, es su mejor complemento.
Si no sabes por donde empezar, una sugerencia: Punset y su viaje al optimismo (si vas encontrando enlaces, se agradece que compartas y enriquecemos el enlace entre todos)
Sal de casa, en casa sólo ocurre lo que tú propongas, ¿qué oportunidades vas a buscar? ¿encender o apagar la luz?, ¿abrir o cerrar el frigo a ver si sigue funcionando la bombilla?, ¿ver tv?, ¡sí! aunque esté de moda, es una gran realidad: ¡sal de tu zona de confort!.
Practica el optimismo, sabes que hay una conocida persona en el mundo de los RRHH y consultor, que en sus procesos de selección observa a los candidatos desde que entran a la oficina y sobre todo se fija en como sube las escaleras… a los que ve subir pachones les dice, parece que te falta energía, y alguno le decía, ¡no!… ya pero luego trabajando ¡soy la leche!… sí ya y yo marqué el gol que nos dió el Mundial, se quedaba pensando.
¡Se optimista my fríend! = beneficios para tí
y los que te rodean
¿difícil con la situación actual?
¡cierto!, ¡difícil pero no imposible!